lunes, 16 de junio de 2014

Discriminados por el currículum por su hándicap.

Desde el punto de vista social y educativo, la diversidad ha ido creciendo de manera exponencial en las últimas décadas, no estando la sociedad ni el sistema educativo preparados para asumir cambios tan radicales. La democratización política, el aumento de inmigrantes, la globalización y las políticas económicas neoliberales son las causas del aumento de la diversidad en la sociedad española actual. No se pueden tomar las causas del aumento de la diversidad como las culpables de la ineficacia de las respuestas educativas a las mismas; “La respuesta educativa a la diversidad ha sido la creación de grupos homogéneos”. Es incuestionable, por tanto, la heterogeneidad de las aulas, que genera un enriquecimiento cultual incuestionable siendo tratada como es debido.
En este artículo se trata sobre todo el intento - ineficaz-, de la educación por incluir a las personas con diferentes hándicaps cognitivos, conductuales, etc. Desde hace poco, los teóricos educativos apuestan por la inclusión, sin embargo, las prácticas educativas persisten en la integración de las personas con deficiencias. ¿Qué se debe cambiar? Por un lado, la integración apuesta por el cambio de las personas con déficits para adaptarse al resto de la sociedad y la inclusión apuesta por un cambio profundo en la sociedad, política y educación para aceptar y ayudar a las personas con déficits. Evidentemente, el camino hacia la inclusión es más difícil y tortuoso que el cambio que propone la integración de estas personas, ya que si falla la integración la “culpa” del fallo lo tiene la persona que intenta integrarse ya que no es capaz de cumplir los requisitos necesarios para la sociedad. Si definimos los déficits de estas personas como características intrínsecas en el ser humano; al fin y al cabo son mutaciones genéticas, al igual que el color claro de los ojos, que ahora, con el paso del tiempo han dejado de ser negativas, pues no afectan a la existencia de la raza ya que se ha perdido la selección natural, a ser neutras, exactamente igual que el color de ojos, deben ser aceptadas e incluidas, no hacer cambiar a dicha persona por dicha deficiencia, sino cambiar la sociedad, para aceptar dicha deficiencia. Una vez producido este cambio en el pensamiento, se podría comenzar a considerarnos un poco más cerca de la inclusión. Estaríamos más cerca de la misma ya que, asimilada la nueva manera de pensar en las “deficiencias”, nos haría más iguales, por tanto sería un paso en la búsqueda de la igualdad educativa1. Es cierto, que considero que es imposible que las personas con hándicaps tengan las mismas posibilidades de aprendizaje que el resto (NUSSBAUND, M. 2006). Teniendo esto en cuenta, el sistema debe tener en cuenta que no es lo mismo ofrecer igualdad de oportunidades que oportunidades equivalentes ya que estas últimas, al distinguir las diferentes posibilidades de cada uno usan el sistema para dar oportunidades diferentes pero en función de esas posibilidades a esas posibilidades, en lugar de, pese a las diferencias, ofrecer las mismas oportunidades para todos. Antes esto, lo que personalmente me planteo, es: ¿quién juzga qué oportunidad es la adecuada para cada uno?
Lo que difiere entre los “dos tipos” de alumnado, no deben ser los objetivos, estos deben ser comunes para todos si bien las estrategias para conseguirlos deberán ser diferentes, adecuadas a cada uno. Para conseguir esto, se debería mejorar la formación docente, añadiendo a ella técnicas, métodos y estrategias, pero también las herramientas necesarias para la comprensión de los hándicaps para que ellos mismos puedan desarrollar otras herramientas para que se desarrollen aun con el hándicap. Pese a que estoy de acuerdo en que el contexto de un desarrollo o un aprendizaje vacío imposibilita el desarrollo y el aprendizaje de conocimientos significativos y relevantes, no estoy de acuerdo con la siguiente afirmación: “[...] no pretendemos negar la existencia del déficit intelectual. Pero hay que comprender que, quizás, esta condición no esté dada inicialmente en nadie.” El déficit intelectual si que está dado en ciertas personas de manera “natural”, nacen así y ya está, pero no pasa nada.
La estrategia que propone el autor/a del artículo para el aprendizaje de los niños con dificultades es el enfoque histórico cultural, que se basa en los siguientes supuestos:
  1. El desarrollo no se produce de manera natural, sino cultural.
  2. Todo el mundo se desarrolla”. Se ha tomado el retraso como una cosa y no como un proceso, al igual que el desarrollo lo es. (VIGOTSKY, L 1995)
  3. El colectivo es la fuente del desarrollo de las funciones psicológicas superiores y, en particular, del niño/a con retraso mental” (VIGOTSKY, L. 1995)
  4. El aprendizaje compartido genera inteligencia compartida. De un proceso interpersonal pasa a los esquemas intrapersonales de la persona.
  5. El conocimiento espontáneo difiere del conocimiento científico. Los significados espontáneos junto con un aprendizaje sistemático forman mayores estructuras cognitivas, sin embargo, si el mundo de los significados espontáneos es pobre, o directamente no los hay, debe haber aprendizaje sistemático hasta para las cosas más sencillas.
La solución que se ha propuesto o que se han venido haciendo desde la práctica educativa, han sido el doble currículum y las adaptaciones curriculares. En el sistema español, se separa en diferentes grupos a los alumnos y alumnas, dentro de un aula, con distintas propuestas curriculares cuyos puntos en común son: reducción de objetivos o contenidos en las adaptaciones curriculares y la dificultad en la interacción total o parcial con el resto de la clase. En lugar de reducir el curriculum y por consiguiente categorizar a la personas como imposibles o inútiles para ciertos tipos de aprendizajes, mantener una actitud optimista respecto a sus capacidades y emplear técnicas pedagógicas que hagan posible su desarrollo. La educación de estas personas es la misma que la educación de las demás, pero seguramente variarán los tiempos para conseguirla o las estrategias necesarias, que probablemente varíen no significa que lo haga. A partir de estos conceptos la educación especial pierde su razón de ser, a favor de una educación común. Estoy convencida de que en un futuro muy próximo esto será posible, en cambio en la actualidad, dada las creencias de la sociedad, sería imposible eliminar la educación especial ya que el niño recibiría una educación aun peor.
Las estrategias didácticas para la puesta en práctica de lo anterior deben comenzar por la formación del docente, cuyo objetivo debería ser “aprender mientras enseño”. Las funciones de los tres elementos en la enseñanza tradicional han cambiado; ahora ni el docente, ni el discente ni el currículum son los mismos, el método inclusivo plantea menos protagonismo del docente concediendoselo al discente. Esto se traduce en el trabajo en clase por proyectos (William KILPATRICK, 1918 y John DEWEY, 1971) ya que sintetiza la teoría dentro de un método práctico. Este tipo de métodos favorece el aprendizaje autónomo del niño por lo que acabará desarrollando estrategias propias para aprender; desarrolla el proceso lógico de pensamiento. En contra posición, sitúo a las unidades didácticas, las que se suelen prefijarse unos objetivos y el aprendizaje se limita a los conocimientos para cumplirlos. “Los proyectos son algo que primero se imaginan y después se construyen”
Se trata de que la clase funcione como un cerebro (LURIA, A. 1974): con sus fases de pensamiento; o planteamiento de qué es lo que se va a desarrollar, lenguaje y comunicación; en el que se incluiría la búsqueda de la información de veracidad de la misma, la zona emocional; en la que se situarían las posibles normas de comportamiento y la resolución de conflictos y por último la autonomía; la acción de lo pensado y planificado anteriormente.
Concluyo que mientras dentro del profesorado se continúe hablando de 'educación especial', 'integración' o 'adaptaciones curriculares' la segregación seguirá siendo realidad, una práctica. Se trata de que todos nuestros niños y niñas, sin importar ninguna de sus características, adquieran una educación de calidad y no una cualquiera, lo demás es despotismo ilustrado. Evidentemente y en el momento en el que estamos, desde el marco teórico hasta la práctica hay un gran trecho y por ahora, apenas hay prácticas inclusivas.
1Entendida como la igualdad de oportunidades en el desarrollo de las competencias cognitivas y culturales.

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