Desde
el punto de vista social y educativo, la diversidad ha ido creciendo
de manera exponencial en las últimas décadas, no estando la
sociedad ni el sistema educativo preparados para asumir cambios tan
radicales. La democratización política, el aumento de inmigrantes,
la globalización y las políticas económicas neoliberales son las
causas del aumento de la diversidad en la sociedad española actual.
No se pueden tomar las causas del aumento de la diversidad como las
culpables de la ineficacia de las respuestas educativas a las mismas;
“La respuesta educativa a
la diversidad ha sido la creación de grupos homogéneos”.
Es incuestionable, por tanto, la heterogeneidad de las aulas, que
genera un enriquecimiento cultual incuestionable siendo tratada como
es debido.
En
este artículo se trata sobre todo el intento - ineficaz-, de la
educación por incluir a las personas con diferentes hándicaps
cognitivos, conductuales, etc. Desde hace poco, los teóricos
educativos apuestan por la inclusión, sin embargo, las prácticas
educativas persisten en la integración de las personas con
deficiencias. ¿Qué se debe cambiar? Por un lado, la integración
apuesta por el cambio de las personas con déficits para adaptarse al
resto de la sociedad y la inclusión apuesta por un cambio profundo
en la sociedad, política y educación para aceptar y ayudar a las
personas con déficits. Evidentemente, el camino hacia la inclusión
es más difícil y tortuoso que el cambio que propone la integración
de estas personas, ya que si falla la integración la “culpa” del
fallo lo tiene la persona que intenta integrarse ya que no es capaz
de cumplir los requisitos necesarios para la sociedad. Si definimos
los déficits de estas personas como características intrínsecas en
el ser humano; al fin y al cabo son mutaciones genéticas, al igual
que el color claro de los ojos, que ahora, con el paso del tiempo han
dejado de ser negativas, pues no afectan a la existencia de la raza
ya que se ha perdido la selección natural, a ser neutras,
exactamente igual que el color de ojos, deben ser aceptadas e
incluidas, no hacer cambiar a dicha persona por dicha deficiencia,
sino cambiar la sociedad, para aceptar dicha deficiencia. Una vez
producido este cambio en el pensamiento, se podría comenzar a
considerarnos un poco más cerca de la inclusión. Estaríamos más
cerca de la misma ya que, asimilada la nueva manera de pensar en las
“deficiencias”, nos haría más iguales, por tanto sería un paso
en la búsqueda de la igualdad educativa1.
Es cierto, que considero que es imposible que las personas con
hándicaps tengan las mismas posibilidades de aprendizaje que el
resto (NUSSBAUND, M. 2006). Teniendo esto en cuenta, el sistema debe
tener en cuenta que no es lo mismo ofrecer igualdad de oportunidades
que oportunidades equivalentes ya que estas últimas, al distinguir
las diferentes posibilidades de cada uno usan el sistema para dar
oportunidades diferentes pero en función de esas posibilidades a
esas posibilidades, en lugar de, pese a las diferencias, ofrecer las
mismas oportunidades para todos. Antes esto, lo que personalmente me
planteo, es: ¿quién juzga qué oportunidad es la adecuada para cada
uno?
Lo
que difiere entre los “dos tipos” de alumnado, no deben ser los
objetivos, estos deben ser comunes para todos si bien las estrategias
para conseguirlos deberán ser diferentes, adecuadas a cada uno. Para
conseguir esto, se debería mejorar la formación docente, añadiendo
a ella técnicas, métodos y estrategias, pero también las
herramientas necesarias para la comprensión de los hándicaps para
que ellos mismos puedan desarrollar otras herramientas para que se
desarrollen aun con el hándicap. Pese a que estoy de acuerdo en que
el contexto de un desarrollo o un aprendizaje vacío imposibilita el
desarrollo y el aprendizaje de conocimientos significativos y
relevantes, no estoy de acuerdo con la siguiente afirmación: “[...]
no pretendemos negar la existencia del déficit intelectual. Pero hay
que comprender que, quizás, esta condición no esté dada
inicialmente en nadie.” El déficit intelectual si que está dado
en ciertas personas de manera “natural”, nacen así y ya está,
pero no pasa nada.
La
estrategia que propone el autor/a del artículo para el aprendizaje
de los niños con dificultades es el enfoque histórico cultural, que
se basa en los siguientes supuestos:
- El desarrollo no se produce de manera natural, sino cultural.
- “Todo el mundo se desarrolla”. Se ha tomado el retraso como una cosa y no como un proceso, al igual que el desarrollo lo es. (VIGOTSKY, L 1995)
- “El colectivo es la fuente del desarrollo de las funciones psicológicas superiores y, en particular, del niño/a con retraso mental” (VIGOTSKY, L. 1995)
- El aprendizaje compartido genera inteligencia compartida. De un proceso interpersonal pasa a los esquemas intrapersonales de la persona.
- El conocimiento espontáneo difiere del conocimiento científico. Los significados espontáneos junto con un aprendizaje sistemático forman mayores estructuras cognitivas, sin embargo, si el mundo de los significados espontáneos es pobre, o directamente no los hay, debe haber aprendizaje sistemático hasta para las cosas más sencillas.
La
solución que se ha propuesto o que se han venido haciendo desde la
práctica educativa, han sido el doble currículum y las adaptaciones
curriculares. En el sistema español, se separa en diferentes grupos
a los alumnos y alumnas, dentro de un aula, con distintas propuestas
curriculares cuyos puntos en común son: reducción de objetivos o
contenidos en las adaptaciones curriculares y la dificultad en la
interacción total o parcial con el resto de la clase. En lugar de
reducir el curriculum y por consiguiente categorizar a la personas
como imposibles o inútiles para ciertos tipos de aprendizajes,
mantener una actitud optimista respecto a sus capacidades y emplear
técnicas pedagógicas que hagan posible su desarrollo. La educación
de estas personas es la misma que la educación de las demás, pero
seguramente variarán los tiempos para conseguirla o las estrategias
necesarias, que probablemente varíen no significa que lo haga. A
partir de estos conceptos la educación especial pierde su razón de
ser, a favor de una educación común. Estoy convencida de que en un
futuro muy próximo esto será posible, en cambio en la actualidad,
dada las creencias de la sociedad, sería imposible eliminar la
educación especial ya que el niño recibiría una educación aun
peor.
Las
estrategias didácticas para la puesta en práctica de lo anterior
deben comenzar por la formación del docente, cuyo objetivo debería
ser “aprender mientras enseño”. Las funciones de los tres
elementos en la enseñanza tradicional han cambiado; ahora ni el
docente, ni el discente ni el currículum son los mismos, el método
inclusivo plantea menos protagonismo del docente concediendoselo al
discente. Esto se traduce en el trabajo en clase por proyectos
(William
KILPATRICK, 1918 y John DEWEY, 1971) ya que sintetiza la teoría
dentro de un método práctico. Este tipo de métodos favorece el
aprendizaje autónomo del niño por lo que acabará desarrollando
estrategias propias para aprender; desarrolla el proceso lógico de
pensamiento. En contra posición, sitúo a las unidades didácticas,
las que se suelen prefijarse unos objetivos y el aprendizaje se
limita a los conocimientos para cumplirlos. “Los proyectos son algo
que primero se imaginan y después se construyen”
Se
trata de que la clase funcione como un cerebro (LURIA, A. 1974): con
sus fases de pensamiento; o planteamiento de qué es lo que se va a
desarrollar, lenguaje y comunicación; en el que se incluiría la
búsqueda de la información de veracidad de la misma, la zona
emocional; en la que se situarían las posibles normas de
comportamiento y la resolución de conflictos y por último la
autonomía; la acción de lo pensado y planificado anteriormente.
Concluyo
que mientras dentro del profesorado se continúe hablando de
'educación especial', 'integración' o 'adaptaciones curriculares'
la segregación seguirá siendo realidad, una práctica. Se trata de
que todos
nuestros niños y niñas, sin importar ninguna de sus
características, adquieran una educación de calidad y no una
cualquiera, lo demás es despotismo ilustrado. Evidentemente y en el
momento en el que estamos, desde el marco teórico hasta la práctica
hay un gran trecho y por ahora, apenas hay prácticas inclusivas.
1Entendida
como la igualdad de oportunidades en el desarrollo de las
competencias cognitivas y culturales.
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