lunes, 10 de marzo de 2014

"Ser Docente"

Un docente es aquel individuo que se dedica a enseñar o que realiza acciones referentes a la enseñanza. La palabra deriva del término latino docens, que a su vez procede de docēre (traducido al español como “enseñar”). En el lenguaje cotidiano, el concepto suele utilizarse como sinónimo de profesor o maestro, aunque su significado no es exactamente igual.
DocenteEl docente o profesor es la persona que imparte conocimientos enmarcados en una determinada ciencia o arte. Sin embargo, el maestro es aquel al que se le reconoce una habilidad extraordinaria en la materia que instruye. De esta forma, un docente puede no ser un maestro (y viceversa). Más allá de esta distinción, todos deben poseer habilidades pedagógicas para convertirse en agentes efectivos del proceso de aprendizaje.
El docente, en definitiva, reconoce que la enseñanza es su dedicación y profesión fundamental. Por lo tanto, sus habilidades consisten en enseñar de la mejor forma posible a quien asume el rol de educando, más allá de la edad o condición que éste posea.


Profesor, docente o enseñante es quien se dedica profesionalmente a la enseñanza, bien con carácter general, bien especializado en una determinada área de conocimiento, asignatura, disciplina académica, ciencia o arte. Además de la transmisión de valores, técnicas y conocimientos generales o específicos de la materia que enseña, parte de la función pedagógica del profesor consiste en facilitar el aprendizaje para que el alumno (estudiante o discente) lo alcance de la mejor manera posible.
 Más que meros instrumentadores de programas, los docentes son profesionales reflexivos, como ya han apuntado diversos autores. La docencia enfrenta la paradoja de que sus resultados se ubican en la esfera de otro sujeto, es decir, un buen docente se identifica a partir de los aprendizajes de sus alumnos, pero son ellos, y sólo ellos, los que aprenden. No se puede aprender por otros: nos educamos juntos  mediados por el mundo compartido, pero nadie educa a nadie como decía Freire. En este sentido, la docencia estará caracterizada por crear el ambiente, ese mundo, de significados compartidos; escenarios en los que se apoye, facilite y medie la construcción de quien aprende, siempre entendiendo el aprendizaje como una resignificación social. Y he aquí el componente artístico de la docencia: es un poco de técnica pero mucho de inspiración para recrear esos mundos posibles a los que se refería Jerome Bruner, en contextos específicos casi siempre matizados por la incertidumbre. “En el arte las ideas son comprobadas en la forma por la práctica. La exploración y la interpretación conducen a una revisión y a una acomodación de ideas y de práctica. La buena enseñanza, no es un mecanismo que funciona rutinariamente o de una gestión regida por la manera costumbre". Parte de estos elementos son los que hacen de la docencia una profesión tan fascinante como compleja, que trasciende el mero hecho de dar clases, para crear, junto con otros, todo un ecosistema de relaciones pedagógicas y humanas que, en algún momento, buscan transformar nuestro mundo en un mejor lugar para los descendientes de nuestros hijos. Ya se hablo de la labor docente y su trabajo; el aprendizaje independiente fomenta el estudiante auto-didacta, crítico y reflexivo, preocupado por su entorno y sus comunidades.

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